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Fermín Eguía x Laura Malosetti Costa

Fermín Eguía x Laura Malosetti Costa

 

A propósito de La isla del sueño (el sueño cómico de Arnold Böcklin), de Fermín Eguía

 

Cuatro pequeños crustáceos observan aterrorizados, desde su hábitat rocoso en medio del mar, cómo se aproxima un bote diminuto en el que un remero conduce una figura blanca, con forma humana, que ven como una amenaza: alguna cosa terrible e ignota para ellos. O bien: cuatro crustáceos gigantescos en una isla desierta ven azorados cómo un bote conducido por un hombre les lleva una amenaza terrible, la muerte o la peste… Todo depende del punto de vista, en esta desproporción de apariencia cómica.

 

Fermín Eguía, La isla del sueño (el sueño cómico de Arnold Böcklin), 2013 Acuarela sobre papel, 23 x 28 cm. Colección particular

 

La fuente de esta acuarela es erudita y, como siempre en Fermín, sospecho que largamente meditada: cita la obra más misteriosa y, durante mucho tiempo, más célebre del artista simbolista suizo Arnold Böcklin (1827-1901) llamada La isla de los muertos, cuyo significado el autor parece haberse negado sistemáticamente a precisar, de modo que su ambigüedad fue objeto de fascinación e innumerables interpretaciones a lo largo del tiempo. Böcklin hizo de esa obra al menos cinco versiones, todas ligeramente distintas, todas por encargo. Fermín parece haber tomado la primera (de 1880, hoy en el Metropolitan Museum de New York), la única en la que todavía la naturaleza prevalece en esa isla de muertos: más rocas que arquitectura funeraria, menos artificio, y la única en la que un animal con ojos brillantes de terror mira llegar la barca desde el puerto… 

 

Fermín Eguía pintó esta pequeña acuarela en 2013, cuando empezaba a hablarse de nuevas epidemias provocadas por microorganismos mutantes: MERS y Ébola. Hoy cualquier lector más o menos atento sabe que ambas fueron provocadas por virus que, al igual que el COVID-19 que actualmente nos aterra, fueron contagiados a los humanos por animales salvajes privados (por los humanos) de sus hábitats naturales y sometidos a condiciones de sufrimiento extremo.

 

Hoy resulta fácil interpretar esta imagen como una alegoría premonitoria o, más bien, una advertencia en clave humorística respecto del daño irreversible que la humanidad ha provocado en el planeta; interpretar que esos seres vivientes de apariencia inocente observan aterrados la destrucción y la muerte que su contacto con los humanos es capaz de producir. Tal vez entonces no fuera tan evidente, no lo sé...

 

Eso tienen siempre las obras de Fermín, largamente meditadas y producto de una delicadísima sensibilidad que desarma sistemáticamente todas las cómodas certezas humanas.

 

Y el punto de vista del que hablaba al comienzo, evidentemente, es el de los crustáceos, como lo fue el de los panes y las teteras en los años oscuros de la dictadura, el de las aves y los peces en sus paisajes del Tigre; siempre puntos de vista de seres que observan aterrados o sufren a los humanos. 


 

     

9 de abril de 2020

Laura Malosetti Costa
Laura Malosetti Costa

Especialista en historia del arte argentino y latinoamericano del siglo XIX y en teoría y crítica de las artes visuales y la cultura visual. Es doctora en Historia del Arte y académica de número de la Academia Nacional de Bellas Artes. Investigadora del CONICET y profesora de grado y posgrado en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y la Universidad de Buenos Aires. En UNSAM se desempeña además como decana del Instituto de las Artes Mauricio Kagel y directora consulta de la Maestría en Historia del Arte Argentino y Latinoamericano. También es investigadora visitante en universidades en Gran Bretaña, Francia, Alemania, México, Brasil y Uruguay, entre otros países. Es curadora de exposiciones y autora de varios libros y numerosos artículos en libros y revistas especializadas. 

Fermín Eguía
Fermín Eguía

(Comodoro Rivadavia, Pcia. de Chubut, 1942) 

Estudió en la Escuela Municipal de Artes y Oficios y en la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano. Ha exhibido su obra en instituciones nacionales e internacionales tales como Corcoran Gallery, Durini Gallery-Colección Marcos Curi, Smithsonian Gallery, Museo Caraffa de Córdoba, Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén, y participó de la Bienal del Mercosur y la Bienal de París. En 2005 se realizó una gran retrospectiva de su trabajo en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires. Entre otros, ha obtenido el Primer Premio del Banco del Acuerdo - Museo Nacional de Bellas Artes, el Primer Premio Encotel, el Premio Konex de Platino, fue premiado por la Asociación Argentina de Críticos de Arte y, en 2011, obtuvo el Gran Premio de Honor del Salón Nacional de Pintura.