"Títeres y lo que a ellos le florece. Poemas y bordados para niñes animistas del compost", por Mariana Robles
A Valentino, Simón y Ligia
Imaginaron que lo pequeño se hacía grande
y lo que cabía en el dedo
podía montarse en la cabeza
convertirse en otro o dar vida a cada cosa
una amistad con el silencio
un mundo escondido para la fantasía.
Cuando se acercaban a lo desconocido
un perro jugaba a cruzar el abismo
inventando regiones
fuera de los mapas, en la geografía
de los hilos que crecen y unen.
Lo que ya no existe
vuelve a nacer
jugar a que en la ínfima concavidad
de un títere nace un dragón
con ojos de sol y observa
la materia completa del mundo.
El cariño encuentra
su forma en un cuerpo suave
desplegado en contracciones de goma
como si el cuerpo ya no tuviera huesos
todo blando como algodón.
Antenas de manos
mariposa invención
un día en una nube soñó.
Le crecieron pies
o un niño nació de un pájaro
bebió de una flor y a la flor
también le nacieron pies
la naturaleza deja sus huellas de pies pájaro-humano.
Un hada pequeña
habita con los títeres
les niñes aceptaron seres de otra parte.
Vienen desde lejos
traen historias en su anatomía
en los huecos, en la bolsa
en el misterio de sus lenguas vegetales.
Caminaba y desde la cola
escupía ojos
ojos en todas partes del cuerpo
fuera de la cabeza
libres como bichitos de luz.
Al final del juego les niñes
habían cambiado
arrastrados por la alegría de imaginar.
Epílogo
A les niñes lectores quería contarles que “Títeres y lo que a ellos le florece” se inspiró en un maravilloso texto llamado “Las Historias de Camille. Niñas y niños del Compost” de la autora Donna J. Haraway. Ella es una pensadora a la que le interesa la biología, la ciencia, la literatura, la ecología, el arte y la filosofía porque todo eso la ayuda a investigar y proponer modos de inventar un mundo mejor. Les niñes del compost tienen aventuras maravillosas y también peligrosas, desafíos importantes para un futuro diferente donde hombres, plantas, animales y cosas puedan vincularse de manera menos violenta. La escritura de Donna es una potencia creativa y ficcional que indaga en mundos posibles, en pliegues, en multiversos, tiempos no-lineales y otras alternativas a las formas tradicionales de pensar. Donna es una contadora de cuentos, cuentos como los que a les niñes les gusta escuchar de la voz de una abuela o una mamá antes de dormir. Narraciones que vienen de espacios dispersos y llenan las noches y los días de fantasías y posibilidades para sanar nuestro mundo herido, pero que también puede ser reparado. Tejer, bordar y escribir son artes reparadoras, ancestrales y cotidianas, que en la puntada o en el pulso unen lo diferente y lentamente lo restauran.
*Cuento infantil realizado por Mariana Robles, editado en el marco de la serie de publicaciones Prácticas artísticas en un planeta en emergencia.
Mariana Robles nació en Buenos Aires, en 1980. Es artista visual y escritora. Estudió Bellas Artes en la Escuela Figueroa Alcorta y Filosofía en la Universidad Nacional de Córdoba. Publicó los libros Línea de Atlas (Alción editora, 2010); El árbol de los reflejos (Biblioteca Córdoba, 2013); Constelación Escarlata Turquesa (Sofía Cartonera, 2013); Los niños de Renoir (Nudista, 2016); Alfabeto de la noche (Borde Perdido, 2017); Tres mujeres Planchadoras (Sofía Cartonera, 2017); Escrituras Rituales. Ensayos sobre arte y literatura (Los Ríos, 2018); Melancolía (Borde Perdido, 2019); El nacimiento de lo extraño (Cartografías, 2020); El Aburrimiento (colección infantil “lagarto obrero”, editorial Maravilla, 2020); Las Chispas de las Cosas (Azogue, 2021). Es Doctorando en Letras (UNC) y docente en la escuela Figueroa Alcorta. Su obra plástica se desarrolla en torno al arte textil, la pintura, el dibujo y la cerámica. En la actualidad trabaja en el Museo Caraffa y reside en la Ciudad de Córdoba.