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POLÍTICA

Esfera de la acción humana, entendida en términos de seres artífices de su propio destino colectivo. A partir de la década de 1970, con la mutación semiótica-financiera del capitalismo y las evidencias de la teoría Gaia, esta esfera tiende a adelgazar bajo la presión creciente de dos regímenes de existencia amorales o indiferentes a lo humano: la reproducción de la vida terrestre (microorganismos) y la acumulación algorítmica de ganancia económica.

Eduardo Molinari

Un drone o B.O.G.S.A.T., la responsabilidad, 2013/2021
Fotografías, documentos del Archivo Caminante, caja registradora y pintura verde, 300 x 663 cm

Eduardo Molinari – (Ciudad de Buenos Aires, 1961) Vive y trabaja en la Ciudad de Buenos Aires.

 

La soja RR (Roundup Ready) es un organismo genéticamente modificado para resistir al herbicida glifosato, cuya comercialización fue admitida por primera vez en 1996 en los Estados Unidos.​ Al año siguiente, Eduardo Molinari se recibió de licenciado en Artes Visuales en la Universidad Nacional de Artes, donde trabaja como docente e investigador. Desde 2010 coordina junto a la artista visual Azul Blaseotto el espacio cultural independiente La Dársena Plataforma de Pensamiento e Interacción Artística, que explora cruces entre campos del conocimiento y la acción.

Molinari concibe el arte como una herramienta de investigación. En 2001 crea el Archivo Caminante a la luz de la crisis generalizada del país. Desarrolla allí una metodología del andar en territorio como manera específica de la investigación, que linda entre lo político y lo histórico; no es casualidad que ese mismo año comienza la lucha de las madres de Ituzaingó afectadas por la muerte de parientes debido a los efectos del glifosato, que es la tecnología clave de la transformación transgénica del suelo cultivable argentino. El andar es, entonces, para Molinari, recorrer un territorio fuera del Estado (la crisis institucional y el debilitamiento extremo del sistema político representativo) y documentar un espacio progresivamente contaminado. El acento sensible de este desplazamiento por el “afuera” le permite una presencia en los lugares de conflicto, pero también entender la forma en la que las tensiones y violencias se van sedimentando; recorrer el territorio es también rearmar su historia. En 2010 desarrolla la pieza Los niños de la soja, exhibida en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid, España), donde se expone el caso de menores “utilizados como banderas vivientes para demarcar el territorio de cultivo de soja transgénica que debe ser fumigado por los aviones "mosquito" en la provincia de Santa Fé”. La pregunta que está por detrás de la documentación del hecho es qué tipo de afectividad hay en juego para esta violencia, y más aún, qué “tipo de cultura es necesaria para semejante despliegue territorial de ese modelo sojero”.

Entre 2012 y 2013 realiza la “investigación con métodos artísticos” B.O.G.S.A.T. / La responsabilidad donde explora ciertos parámetros de esa cultura de la soja. Se trata de un proceso de inmersión: 1- en las exposiciones agrarias, que reúnen lo último de la tecnología transgénica corporativa y la incipiente robotización de la maquinaria, donde también hay una poderosa trama política y económica; 2- en los barrios “fumigados” de la periferia de Córdoba capital, los más castigados ambientalmente y donde emergen políticas colectivas de resistencia como la de las Madres de Ituzaingó; 3- en la Masacre de Curuguaty en Paraguay, que llevaría tanto al golpe de Estado contra el presidente Fernando Lugo como a la legalización del ingreso de semillas transgénicas en dicho país. 

La investigación hace un pasaje de escalas que va del nivel molecular a la geopolítica, sin dejar de registrar en cada paso el testimonio de los oprimidos. Este pasaje deja ver que “cultura” es tanto la ciencia como la política, la historia, la economía, etc. B.O.G.S.A.T. / La responsabilidad vuelve hoy a plantear, quizás con mayor actualidad, la pregunta por las consecuencias de la monocultura y las condiciones actuales de su continuidad.


Por m7red
Etcétera

Diorama, Museo del Neo Extractivismo, 2021
Video instalación, medidas variables
Asistencia, producción y logística: Asociación Creando Redes Independientes y Artísticas, CRÍA

Etcétera – (Loreto Garin Guzmán –Valparaíso, Chile, 1977– y Federico Zukerfeld –Ciudad de Buenos Aires, 1979). Activos desde 1997. Viven y trabajan en la Ciudad de Buenos Aires.   

 

Integrado por artistas provenientes de la poesía, el teatro, las artes visuales y la música, Etcétera acciona desde sus comienzos una suerte de torbellino estético-político que desordena los sitios que atraviesa. Lo hace encarnando el legado de algunas de las vanguardias artísticas del siglo XX (surrealismo, dadaísmo, situacionismo, entre otras), legado que permanece vigente en las luchas contemporáneas contra el poder opresor, contra la explotación del hombre por el hombre y contra todas las manifestaciones totalitarias. El colectivo, sirviéndose de una ironía crítica y de un humor poético, despliega sus experiencias dentro y fuera del territorio institucional de arte contemporáneo. Sus performances, intervenciones e instalaciones ocupan tanto las calles en contextos de protesta social como sitios específicos o salas de museos, galerías o centros culturales. Etcétera surgió en el momento en que las consecuencias del neoliberalismo de los 90 comenzaban a ser cada vez más devastadoras, como herramienta artística al servicio de las luchas por Memoria, Verdad y Justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar-eclesiástica en Argentina. 

Desde 2007, quienes coordinan las muestras, el archivo e iniciativas curatoriales son Loreto Garín Guzmán y Federico Zukerfeld, ambos cofundadores del colectivo. En su labor más reciente se han concentrado, justamente, en investigar las continuidades del pensamiento genocida en el accionar ecocida. El neoextractivismo (una expresión de esta continuidad) es un modelo económico basado en la explotación extrema de los recursos naturales y la manipulación genética de animales y plantas, acompañado del uso de agrotóxicos, transformando los productos primarios en commodities, esto es, en mercancías sujetas a la especulación financiera. El neoextractivismo es a la vez neocolonialismo pues recrea una organización internacional del trabajo y la producción que genera concentración y acumulación de riqueza en manos de pocos.

En nuestro lenguaje habitual, etcétera es una expresión utilizada para sustituir el resto de una enumeración que, o se sobreentiende por su progresión lógica, o que no interesa expresar. ¿Qué clase de sustituciones realiza este colectivo en un contexto semiocapitalista, en el que la mera recombinación de signos y símbolos produce más valor que la producción de sentido o significado? 

Siguiendo los pasos del pionero artista belga Marcel Broodthaers y su falso Museo de Arte Moderno - Departamento de las Águilas (1968), debemos comprender al emplazamiento de la “sede temporaria” del Museo del Neo-Extractivismo (MNE) y su diorama-instalación como evidencias de un mismo gesto etceteriano interpelador: ¿qué función cumplen hoy los museos al interior de un modelo económico hegemónico basado en el monocultivo y la monocultura? La recurrencia al maquetismo y a la fábula infantil nos obliga a re-enfocar nuestra mirada, perdiendo –paradójicamente– nuestra inocencia: ¿es el museo un sitio dónde la ficción organiza las formas narrativas y las representaciones visuales dominantes?, ¿es posible imaginar ficciones emancipatorias? Etcétera nos alerta: ¡Niñes! Cuidado con el cuento que nos cuentan antes de irnos a dormir.


Por Eduardo Molinari
Etcétera

Maqueta Museo del Neo Extractivismo, 2017/2021,

Técnica mixta, 70 x 35 cm

Etcétera – (Loreto Garin Guzmán –Valparaíso, Chile, 1977– y Federico Zukerfeld –Ciudad de Buenos Aires, 1979). Activos desde 1997. Viven y trabajan en la Ciudad de Buenos Aires.   

 

Integrado por artistas provenientes de la poesía, el teatro, las artes visuales y la música, Etcétera acciona desde sus comienzos una suerte de torbellino estético-político que desordena los sitios que atraviesa. Lo hace encarnando el legado de algunas de las vanguardias artísticas del siglo XX (surrealismo, dadaísmo, situacionismo, entre otras), legado que permanece vigente en las luchas contemporáneas contra el poder opresor, contra la explotación del hombre por el hombre y contra todas las manifestaciones totalitarias. El colectivo, sirviéndose de una ironía crítica y de un humor poético, despliega sus experiencias dentro y fuera del territorio institucional de arte contemporáneo. Sus performances, intervenciones e instalaciones ocupan tanto las calles en contextos de protesta social como sitios específicos o salas de museos, galerías o centros culturales. Etcétera surgió en el momento en que las consecuencias del neoliberalismo de los 90 comenzaban a ser cada vez más devastadoras, como herramienta artística al servicio de las luchas por Memoria, Verdad y Justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar-eclesiástica en Argentina. 

Desde 2007, quiénes coordinan las muestras, el archivo e iniciativas curatoriales son Loreto Garín Guzmán y Federico Zukerfeld, ambos cofundadores del colectivo. En su labor más reciente se han concentrado, justamente, en investigar las continuidades del pensamiento genocida en el accionar ecocida. El neoextractivismo (una expresión de esta continuidad) es un modelo económico basado en la explotación extrema de los recursos naturales y la manipulación genética de animales y plantas, acompañado del uso de agrotóxicos, transformando los productos primarios en commodities, esto es, en mercancías sujetas a la especulación financiera. El neoextractivismo es a la vez neocolonialismo pues recrea una organización internacional del trabajo y la producción que genera concentración y acumulación de riqueza en manos de pocos.

En nuestro lenguaje habitual, etcétera es una expresión utilizada para sustituir el resto de una enumeración que, o se sobreentiende por su progresión lógica, o que no interesa expresar. ¿Qué clase de sustituciones realiza este colectivo en un contexto semiocapitalista, en el que la mera recombinación de signos y símbolos produce más valor que la producción de sentido o significado? 

Siguiendo los pasos del pionero artista belga Marcel Broodthaers y su falso Museo de Arte Moderno - Departamento de las Águilas (1968), debemos comprender al emplazamiento de la “sede temporaria” del Museo del Neo-Extractivismo (MNE) y su diorama-instalación como evidencias de un mismo gesto etceteriano interpelador: ¿qué función cumplen hoy los museos al interior de un modelo económico hegemónico basado en el monocultivo y la monocultura? La recurrencia al maquetismo y a la fábula infantil nos obliga a re-enfocar nuestra mirada, perdiendo –paradójicamente– nuestra inocencia: ¿es el museo un sitio dónde la ficción organiza las formas narrativas y las representaciones visuales dominantes?, ¿es posible imaginar ficciones emancipatorias? Etcétera nos alerta: ¡Niñes! Cuidado con el cuento que nos cuentan antes de irnos a dormir. 


Por Eduardo Molinari